Alrededor de 7% de mujeres conforman la población penal en Bolivia frente a un 93% de varones. Este porcentaje mínimo de hecho es el primer factor de invisibilidad de la situación de las mujeres en la política criminal y la
política penitenciaria. Por ello, suele existir una escasa percepción sobre cómo el sistema penal y la cárcel impactan sobre las mujeres y sus familias.